viernes, 8 de mayo de 2009

TRASH IV

TRASH IV
La desintegración de Marcelo Rougger.

La noche, como cuervo furioso, picotea mi cráneo despabilándome. Esa es la llamada de la selva. Salir a jugar entre los autos, los colectivos, los charcos, la gente. Escuchar conversaciones de otros, anotar datos mentalmente, espiar lo que está leyendo el de adelante, esconderse hasta casi no existir para intentar descubrir la esencia del misterio humano. Alguien le dice a un celular, balbuceando, al borde del llanto: no, no le digas nada. No se tiene que enterar...que no, Romina, por favor... pero si es un pelotudo, Romina..., no le digas nada, por favor, no le digas nada. Y cortó con lágrimas de las gordas rodando hacia el infierno por sus pálidas mejillas. Una chica rubia a otro celular: Si... si?... qué bueno... yo también... ok, ok... dale...decile a Marta que se vaya a la concha de su hermana, que yo no soy su payaso personal, dale?... y que no existe... sí, decile... un beso, chau, chau, no me llamen más entonces, ni vos ni ella. Diez en actitud para la chica rubia, me generó una solidaridad instantánea. Maldita Marta. Beso, trofeo y medalla para la rubia.
Dos viejas que pasan caminando:
- A mí me gustan los floggers... antes que los de la cumbia villera, que son todos drogados y mala junta... por lo menos, estos andan limpitos....
- Pero no se sabe bien cuales son chicas y cuales son muchachos... son todos medios degenerados... a mí no me gustan...
Mi pregunta es: dónde, en qué lugar de la galaxia, todas estas líneas se juntan y arman la historia de la humanidad?. Todas estas pequeñas historias intrascendentes, todas estas palabras, lágrimas y mal gusto. Toda esa saliva, toda esa vida, toda esa energía... qué es? Qué significa? Este caos, esta sopa tibia de sangre, vísceras, pensamientos y palabras, hacia donde va? Qué es toda esta sed de existir? Las preguntas me acorralan como perros furiosos y no hay donde huir. Estoy vivo y casi enterrado. Estoy cayendo desde un décimo piso con paracaídas. Buy the ticket, take the ride, me grita un Hunter Thompson gordo y con una cajita de vino en la mano, desde un Torino negro con vidrios polarizados ; vive y sobrevive en esta jungla de Martas, cemento, floggers, emos, punks, caretas, rugbiers, straight edge, hippies, borrachines, poetas, amigos, enemigos, camiones y colectivos. Lo que ves, ni más ni menos, es lo que hay.
Me acodo en la barra y leo los carteles, pensando en lo que dijo la chica rubia. Que Marta se vaya a la concha de su hermana. Hay demasiadas Martas en este maldito mundo. Cada tanto suena esa maldita campana por alguna razón. Nunca supe si es porque alguien paga una ronda de cervezas o si es porque le dejaron propina al de la barra. No importa, tampoco. Odio esa maldita campana.
- Estimado Fink – Dice una voz a mis espaldas – Que sorpresa más grata verlo con tan buena salud... pensé que su amiga la torta ya lo habría ajusticiado a esta altura...- Me doy vuelta hacia la voz y lo veo, es él: el maldito Marcelo Rougger.
- Puede que me esté buscando... pero confío en mi buena estrella: miro hacia los dos lados y cruzo por la senda peatonal... tomo mis recaudos...- Enciendo un cigarrillo y tomo un sorbo de Ballantine´s sin hielo - qué hacés por acá?
- Deambulo entre la gente, como siempre, capturo polaroids de la instantaneidad vacua, mantengo la mecha encendida y digo frases cursis haciéndome el interesante – Me mira desde arriba de sus anteojos y se los acomoda con el dedo medio sobre el nacimiento de la nariz -, lo mismo que usted, mi amigo... veo con exuberante alegría que ha dejado su guarida para salir a cazar historias en la noche, siempre en busca de acción el viejo Fink.., en busca de fuego, de mierda..., de algo, de cualquier cosa..., cualquier cosa, antes que nada, no? Aunque esa cosa sea La nada... cualquier cosa... he leído su, digamos... “diario de internet”, o su “cuaderno trágico de la mundenaidad finkeana”, si prefiere... el otro día, vi que se amigó con la poesía... después de las barbaridades que le hemos escuchado decir sobre la poesía y los poetas... como siempre Fink, usted me sorprende, su grado de contradicción me sorprende... a usted no?
- ...- Solo pude sonreír y mirar hacia un costado.- Por qué me tratás de usted, pelotudo?
- Porque me plazzzzze, tío! – Dice pronunciando muchas zetas, intentando sonar como Sabina. Y siguió – Venga, chabal, vamo´ a vé... es que me estáishhh tocando iaaa... un poquito losh cohónesh!- Imitando a Santiago Segura en Torrente.
- Ok...- Digo, vencido.
- Decime, fink... te molesta mucho que te trate de usted? Porqué será que te jode tanto, no? Porque es una verdadera tontera... un tipo tan inteligente como vos, no puede molestarte tanto una cosa tan insignificante como un trato de cortesía... a un poeta como usted, mi amigo...
- Por qué no te tomás una cerveza y me dejás de romper las pelotas, Rougger?
- No tomo alcohol ni drogas, disfruto de mi lucidez... pero lo acompaño con buena charla, si le parece...
- ...
- Le parece. Perfecto... sabe qué?, yo lo aprecio, y sé que usted también... aunque le moleste admitirlo...
- Está todo bien...
- Si, pero lo que yo digo está más allá del “está todo bien”, a cuadras, a kilómetros del “está todo bien”... usted me necesita... yo lo leo...,si yo no lo leyese, no estaría ahora aquí, molestándolo pero inflándole el ego... años luz de distancia... – Aparece Runa, la chica de los sueños de todos, tapándole la boca y dándole un beso en la cabeza. Me saluda sin acercarse:
- Fink, tanto tiempo... cómo va?
- Runa... todo bien..., más que todo bien... mucho más que todo bien... a años luz de todo bien... – Digo sonriendo.
- Qué decís?- Pregunta.
- Nada... cosas de tu amigo.
- Ah... si molesto, me voy...
- Estábamos hablando de mi relación con Fink, en resumen...- Dice Rougger y ríe.
- Si es así, nenas..., las dejo solas. – Dijo sonriendo y guiñándome el ojo derecho.
Sonreí, giré sobre mis tobillos y los expulsé de mi vida, los desintegré, los reduje a cenizas. Adiós Runa, adiós Rougger, no los necesito. Me aburren. Me oxida la gente como ustedes. Y díganle a Marta que se vaya a la concha de su hermana. Yo tampoco soy su puto payaso.

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