jueves, 18 de febrero de 2010

Bitácora del lobo que observa la luna, esperando que ella le aúlle II:

Bitácora del lobo que observa la luna, esperando que ella le aúlle II:
“Jem y the holograms hacen playback en mi corazón”

- En el Aire, Lobo.- Dice una voz metálica, a lo lejos y casi susurrando.
- Anfetamínicas noches, camaradas, amigos, radioescuchas... hoy me siento un martillo neumático, una herramienta destructora y llena de vida, el azul es más azul y los amarillos no me gustan para nada... los fantasmas se aparecen de golpe y se desaparecen al instante... no puedo ver sus caras, pero asumo que son caras familiares... son amigos traicionados de tiempos lejanos y fríos, en las noches de vida y muerte en las esquinas mal iluminadas, en las tristezas más profundas filtrándose por la lastimadura de la nariz en el indecente amanecer de la fiesta... todos somos traidores potenciales, todos todos todos... no hay en el planeta un ser inocente... ni siquiera los recién nacidos que acaban de salir al mundo de la no placenta destruyendo a su paso el cuerpo que lo contuvo y lo alimentó durante su maldita, biológica y antipoética gestación... destruye! Destruye!... destruye, ser humano, parecen gritar a viva voz nuestros dioses... y nosotros satisfechos, ya, por haber podido dejar la hipócrita máscara atrás, chorreando maldad por cada poro y todo, todo, todo, por el simple y humando placer de hacerlo... Eso es bueno?, eso es malo?... yo no soy quién para decidirlo... prefiero el acogedor y placentario lecho de la duda...
Escuchás... ?, escuchás los ruidos atrás de tu frente? Los recuerdos, las fantasías y los aullidos de terror a la hora del té?, a toda la información acumulada por años explotando y transformándolo todo en caos... voy a leerles algo de Ayelén Ripster que viene a cuento en esta noche:
a veces,
de vez en cuando,
cuando me paso las noches enteras
tratando de escuchar
mi podrido
astillado
partido
corazón,
escucho a Jem y the holograms
rockeando su liviano estilo
de fiestas californianas aptas para niñas y niños,
gritando
shém is mái néim,... uh!,
y grito mentalmente
salgan de ahí, putas,
yo soy una Misfit
fuera de aquí,
niña bien que lava culpas
cantando canciones de mierda
para los pobres y multirraciales huerfanitos,
que tu cultura ha creado,
Fuera!
Luego, me pregunto:
Cuál es el límite?
Donde está línea de partida?
Conozco tipos que aseguran
que son cristo
y hasta a uno que asegura que es invisible
a la vista de todo el mundo
Yo solo puedo asegurar
Que Jem y the holograms
Hacen playback
En mi corazón...

... Ayelén Ripster, camaradas de armas de la noche... un fragmento de su poema “Jem y the holograms hacen playback en mi corazón”... la radio fantasma sigue, intentando quebrar la inercia de la noche que se va por el inodoro de la vida... y ustedes..., qué? De qué la van en el guiso pastoso de los mortales?, de qué la van, camaradas? De friquis, de drogotas, de pálidos conejos sin suerte? De princesas oscuras, de intelectuales de mente abierta, de poetas llenos de buenas intenciones?, qué onda con vos, con ustedes, con todo el mundo? qué onda los viejos que se levantan temprano los domingos? qué onda con los perros que acosan al amigo Fink?, qué onda, en definitiva, con el mundo, con el universo... pensá... pensá que todas las estrellas no son más que explosiones lejanas... que esas pequeñas luces que alumbran nuestros pasos, mientras merodeamos aburridos o buscamos el camino a casa, son los chispeantes ejemplos del instinto de autodestrucción sideral pinchándonos los ojos como si fuésemos perdidos sapos en las manos de histéricas profesoras de biología de tercer año... El universo está en nuestra contra... debe ser por eso que Jem y the holograms hacen playback en el corazón de Ayelén Ripster... Quién hará playback en el tuyo, camarada... quién...? de repente, señores del jurado, intranquilo radioescucha que hociqueás en el baño por las noches mientras todos duermen, camarada noctámbulo que estás al final del parlante, me tomó por sorpresa una visión del futuro: lentamente, esto se apaga. Enciendo un cigarrillo, hablo con un tomo más tranquilo..., les digo que el lobo se despide de todos ustedes, cambio y fuera y comienza a sonar en el aire de esta noche que termina..., The end, del amigo Jim Morrison y los pajeros sin talento... se apaga la luz del cartelito que dice EN EL AIRE, me saco los auriculares y los apoyo en la mesa, luego me levanto, camino hacia la puerta y desaparezco... cada vez que escucho esa canción no puedo evitar recordar del estremecedor comienzo de Apocalypse Now... la vegetación, las palmeras, ese primer helicóptero que pasa, el humo amarillo, el segundo helicóptero y la explosión... y no puedo dejar de sentirme un poquito como el Coronel Kurtz... dís is di end..., biutiful fren, di en, mai onli fren, di en... pero para eso falta, todavía... falta... los aviones surcan la noche, los colectivos ya están dejando se pasar a esta hora y, si estás volviendo a casa, camarada, te deseo toda la suerte del mundo para alcanzar ese último bondi que te deposite en tu morada... mientras, te sigo ladrando desde este lado... de qué lado? Del lado de adentro de tu aparatejo, camarada, desde los transistores, desde los auriculares, desde la antena, desde esta habitación amarilla en donde no se puede fumar... está completamente prohibido fumar... pero no importa, a esta hora nada le importa a nadie y yo puedo fumar tranquilo y tomarme un Cinzano salvador y hablar con la impunidad del que no le habla a nadie, hablándole a todo el mundo... miles de parlantes destartalados pueblan el mundo y, desde algunos de ellos, sale mi voz... si eso no es magia, no sé que puede llegar a serlo... hacer desaparecer un avión?, cortar en dos a una niña bien formada y semidesnuda?, volar con arneses invisibles?... no, la verdad que no lo creo... eso no es magia, eso es un simulacro, un truco casi descarado para captar la atención de los más dormidos, es una gran y rutilante mentira bien filmada, un entretenimiento liviano, algo sumamente superficial y vacío... magia, mis amigos, son las palabras de la Srta. Ripster, su desesperación convertida en imágenes... o, por lo menos, eso es lo que creo desde aquí, desde el umbral de la noche, deshaciendo la mochila de otro día a la luz de un dubitativo e intermitente tubo fluorescente, hablando pausadamente para simular tranquilidad, para esconder mi propia desesperación, exponiendo la desesperación de otros para no hacerme cargo, para esconderme detrás de metáforas ajenas y poder fumar mi cigarrillito y beber mi Cinzano Rosso con una postura de reventado cool... se caen los disfraces, amigos, siempre estamos a punto de desnudarnos, pero frenamos antes de exponernos completamente... todas las máscaras del mundo no alcanzan para cubrir nuestros patéticos rostros de niños perdidos en la tormenta... y eso también es magia..., eso también... les gustaría, oh camaradas, unas palabras más de la Srta. Ripster...? no espero más respuesta que la mía, señores, así que ahí van:
Los aullidos son interminables
Cerremos los ojos y prestemos atención
Pongámonos intranquilos y
Percibamos el escalofrío subiendo por la espalda
Nada agradable, no?
Pues hay alguien que no lo puede evitar...
Sal de ahí, pequeña rata mía
Y carcome lo poco que me queda autocompasión
Sal de ahí, pequeña rata mía
Te tengo amaestrada como un león de circo,
Mi extraño y deforme ratón Pérez
Expropiador de mis dientes putrefactos y amarillos
Sal de ahí...

... qué les parece amigos?, eh?, demasiada magia para ser disfrutada inocentemente... hay que pagar un precio, siempre hay que pagar un precio... el día que no estemos dispuestos a pagar ese precio, qué será de nosotros? Qué será de nuestros pobres huesos?... creo yo que en ese momento no convertiremos en abogados o contadores o agentes de viajes o agrimensores o alguna cosa así de insignificante... ahora escúchenme, procuren poner mucha atención, hay aquí un aroma a profecía cumplida..., escuchen como bajo el tono de mi voz, escuchen como enciendo este cigarrillo, escuchen cómo, de fondo pero ganando paulatinamente en volumen, pasando de ser cortina a ser la atracción principal de esta noche, Jim Morrison y los pajeros sin talento que vivían de él, comienzan a hipnotizarnos con The End... dis is di end..., biutiful fren, di en, mai onli fren, di en... señores, señoritas, miembros del jurado... recuerden: el mundo es suyo.
El lobo se despide de todos ustedes hasta la próxima... cambio y fuera.

El cartel de EN EL AIRE se apaga, el Lobo se saca los auriculares y los apoya en la mesa, se levanta, camina hacia la puerta y desaparece.