miércoles, 30 de marzo de 2011

Las Voces

Todos los martes en www.panxacomics.blogspot.com

Las voces
Diciembre 2009

-Viste eso?
-No, qué cosa?
-Algo que se movió ahí afuera, no viste?
-No, estaba concentrado armando esto, qué fue?
-No se... pero algo se movió.
-El chupacabras, seguro.
-No, no, el chupacabras no es de acá, es de otra geografía, es de Méjico, el posta, no?, porque después había por todos lados... decían que era una cosa que se había escapado del hangar 18...
-Y puede que sea verdad y todo
-Sí, por supuesto... pero qué habrá sido lo que se movió ahí afuera...
-Un pájaro?
-Los pájaros no vuelan de noche
-Error. Los gorriones vuelan de noche, y tienen un significado bastante importante en la mitología... de no me acuerdo que tribu yanki, ponele los cherokees, porque son los que guían a las almas al lugar donde van las almas cuando la gente se muere en esa cultura.
-Al Valhalla
-Sí, una cosa así...
-De dónde sacaste tanta data?
-De un libro
-De qué libro?
-De una novela
-De quién?
-Ehh...
-No te acordás?
-Sí... de Stephen King era... pero no le digas a nadie.
-No, no... quedate tranquilo que esto muere acá.
-Gracias, che; posta.
-Nada... pero qué será lo que se movió ahí afuera?
-Estamos sobre seguro de que el chupacabras no es.
-No, y un pájaro tampoco, porque fue por ahí, por esta altura.
-Ni idea...
-Y qué libro era?
-La mitad siniestra..., empieza con que a un pibito le agarran brutos dolores de cabeza y le hacen unos estudios y en la cabeza le encuentran dos dientes y un ojo y eso era del hermano mellizo al cual se morfó cuando ambos dos, él y su hermano, estaban en gestación... eso suele ocurrir, se dan esos casos, en una proporción mínima, pero se da.
-Canibalismo in útero.
-Qué buen nombre para una banda de death metal.
-O para una buena gore
-O para un titular de Crónica
-O para los Expedientes Secretos del Diario Popular.
-Bueno, pero la cosa es que se lo extirpan y nada. Anda los más bien, crece sano y fuerte para convertirse en un escritor medio de mierda, aburridísimo, en el libro lo describe más o menos como si fuese una especie de... éste loco, cómo es...? El amigo del viejo...
-Bioy Casares.
-Efectivamente, una cosa así, una literatura blanca, aburrida... de mierda, inofensiva.
-Pará, pará, pará, te estás yendo al carajo.
-Te gusta Bioy Casares?
-Sí.
-Te puedo hacer una pregunta?
-La que quieras.
-A qué edad exactamente le cortaron los huevos a ese tipo?
-Sos un boluuuudo... andá, andá a leer Stephen King, muerto.
-Ok, te termino de contar o qué?
-Dale.
-Bueno, la cuestión es que nuestro amigo Bioy, je, se inventa un pseudónimo y escribe unas novelitas pulp llenas de violencia, minitas que están re fuertes, merca, escabio y demás y vende un montón y se hace millonario.
-Y nada más?
-No, sí... lo que pasa es que es muy largo, viste...? Si lo tuviese te lo prestaría, pero lo regalé o me lo -robaron o lo perdí o se lo presté a alguien que ya no veo más o cualquiera de esas cosas que pasan con los libros.
-Igual no lo iba a leer.
-No, no... vos seguí firme y no te rebajes, lee a Bioy Casares y al otro...
-Vamos a terminar a las piñas, te aviso.
-Sí, mejor cambiemos de tema; qué habrá sido eso que se movió allá afuera?
-Ni idea...
-Vamos a ver?
-Ni da.
-Típica respuesta de fan de Bioy Casares.
-Sos inconmensurablemente inmaduro, además de tener un pésimo gusto literario... leés literatura de supermercado y hablás mierda de Bioy Casares?
-Típico e insulso insulto de un fan de Bioy Casares.
-Porqué no te vas a la recalcada concha de tu abuela?
-Porque tengo que cavar.
-El humor negro no te salva de ser un estúpido.
-No, no, pero Bioy Casares sí, seguro... te batirías a duelo por Bioy casares?
-No, pero te cagaría a trompadas a vos, por gil nomás.
-Eso es otra cosa.
-Sí, es otra cosa.
-Te los imaginás a Bioy Casares con el otro, ahí, en Barrio Norte, con sus bastoncitos y sus lentes...
-Bioy Casares no era ciego.
-Pero se los ponía para que el otro no se sienta mal... muy buen muchacho Bioy Casares; pero te los imaginás los dos así como en un parque al atardecer con sus tacitas de té y sus masitas y sus... no sé... sus dientes postizos...?
-No, no me imagino nada.
-No, está bien, a mí se me viene esa imagen a la cabeza... qué se yo... si vos decís que son polenta...
-...
-Ok...


Las voces
Octubre 2010:

Una charla entre caballeros.



- No me gusta para nada lo que se llamó el nuevo cine argentino, para nada... los diálogos tan chotos, llenos de silencios incómodos y esos personajes seudo potus... buuu... una mierda, loco... parece que todos tienen problemas para hablar, todos son medio boludos... es como que agarraron un ejercito de pasteros y los largaron... una invasión de boludos en la tierra, bah, solamente en los guiones del nuevo cine argentino... todos andaban por ahí... o sea: el tema es la cantidad... si hubiese una sola película así, si hubiese un solo director con esa onda... pero son varios...
- A mí me gusta... y me encantan esos diálogos... bah, algunos, qué se yo... los de Rejtman me gustan... bah, a mí me gusta el cine de Rejtman en sí... Los guantes mágicos es buenísima...
- Ese Rejtman es un boludo...
- Lo conocés?
- No... pero un amigo actor me dijo que es un forro...
- Mirá vos... yo no lo conozco ni de lejos, así que me chupa un huevo...
- Me parece bien... yo prefiero odiarlo...
- Me parece perfecto... odialo cuanto quieras, estás en todo tu derecho...
- Mundo grúa es un pelotazo...
- Absolutamente de acuerdo... me acuerdo que fue para la misma época que vi Scarface entera... vi Scarface y al toque mundo grúa... imaginate que me acuerdo que no me gustó, pero no sé ni de qué es...Al Pacino hundiendo la cabezota en la montaña esa de merca y saliendo a los tiros... Mundo grúa...? ni ahí... posta, de verdad, que no me acuerdo ni de qué iba...
- De nada, iba... quedate tranquilo, no te perdiste de nada...
- Vos decís...?
- Seeee, no pierdas tu tiempo... qué groso Pacino... te juro que me lo tatuaría en la espalda a ese loco...
- Tampoco para tanto... pero es groso...
- No, más vale... te imaginás, loco, te sacás la remera y tenés la jeta de Pacino gigante en la espalda, vas por la vida con Al Pacino en la espalda... un mosssstro, loco... un re mossssstro... así, sin uuu...
- A lo Iorio...
- Seee... qué bajón Iorio... un desastre... un nazi
- Habla con Beto Casella...? no puede parar de ser un boludo...no puede parar... un forro ese tipo... un pajero... qué es luchar por el metal...? es la lucha más estúpida que puede existir en el universo... porque la lucha en ese contexto tiene que ver con... con establecer un nuevo modelo de vida, ponele... un cambio radical... a qué? A usar tachas y... no sé...? qué más...?
- Me niego a hablar de jevi metal con vos... a mi me gusta... Iorio es un boludo y todo lo que quieras, pero a mí me gusta el jevi...
- Nos obligarían a escuchar Rata Blanca... y nos harían corear los solos de Giardino... un infierno... unos hijos de puta los jevis... los jedis... un desastre...
- Cambiando de tema... en qué anda tu amigo ese rubio...
- Quién?
- El de las historietas... el rubio de rulos...
- Ah... se murió...
- Nahh... posta...?
- No, mentira... ahí anda... calculo que bien...
- Cómo que calculás...?
- Sí... qué se yo...
- Pero... corte que analizás las posibilidades de que pueda estar bien y las de que pueda estar mal y sobre la diferencia entre ambas estimas las probabilidades de lo que pueda ocurrirle a tu amigo en este preciso instante...?
- Absolutamente.
- Mirá vos... sos como el pelotudo de Pí...
- Más o menos.. che... qué hora es...?
- Las nueve...
- Vamos a luchar contra el crimen?
- Con este calor...? te parece, loco...? yo no quiero transpirar...
- Un supervillano está atracando el kiosko... deberíamos ir allí de inmediato... y deberíamos de llevar envases con nosotros...
- Me convenciste... después de usted...
- No, no, después de usted... por favor...
- No, no... insisto... es que usted tiene la llave...
- Aaaaahhh... ta bien...
- Pase...
- Gracias...
- Faltaba más...
- Por favor...

martes, 8 de marzo de 2011

Bzz Bzz

Me muevo sigiloso, suave, y miro hacia atrás cada unos cuantos metros. No hay nadie que me siga, lo sé, pero es mejor estar seguro. Me interno en la plaza, esquivo los arbustos y me siento en el banco del medio, así puedo vigilar todo el panorama. La noche del sábado calló sobre el barrio y la orquesta de motitos delivery suena por encima de la cumbia, los enganchados de Palito Ortega y el en vivo de Hermética. Si se calla el cantor, escucho entre acelerada y acelerada, calla la vida, porque qué es la vida misma sin el canto. Ahora tengo un casco, y sólo escucho, apagado, el ruido del motor dos tiempos. Tengo que llevar esta pizza, tengo que ganarme la propina y tengo que volver a mi casa, porque me espera mi hija de tres años. Vuelvo al banco, sentado observo el arbusto de en frente y puedo sentir cómo crece segundo a segundo, como gana en verde y cómo va dejando morir a las hojas que ya no le sirven. Siento físicamente cómo se seca mi mano, la veo amarronándose, siento el crujido y veo cómo se desintegra cuando la sacudo. Qué hago, ahora, sin mano? Sacudo el muñón y, de a poco, veo cómo va creciendo una nueva mano. La lamo, le saco los pedazos de piel extra con los dientes, y me queda una mano nueva, idéntica a la anterior, hasta con las mismas cicatrices. Es que está toda la información en el ADN, todo está en el cuerpo, todo, todo, todo. Como la lombriz planaria, esa lombriz que cuando se le amputa una extremidad, de divide y al bicho le crece la extremidad y a la extremidad le crece toda una nueva lombriz... de las cenizas de mi ex mano, no crece nada, por suerte... qué hago con dos yo?; me felicito por mi buena suerte y decido que ya he tenido demasiado aire libre por hoy. Necesito volver a casa, caminar esas dos cuadras y buscar Odisea del espacio y ver la parte del bebé espacial, el viaje con las luces, la velocidad, la disolución y la fusión del ser con la galaxia, y ya lo estoy viendo y ya estoy caminando, y cuando cruzo la esquina veo una convención de sapos, son una especie de asamblea de unos seis sapos que están reunidos en ronda alrededor de un congénere aplastado. Uno de ellos, el más grande, cogotea y me ve venir. Me mira fijo y sin disimulo, se aleja del circulo y viene hacia mí.
- Seguí, pibe, acá no hay nada para ver.
- Ok, man, ok... lo lamento
- Más lo lamento yo, era mi hermano.
Hago una mueca, busco una empatía interespecie. Si tuviese un sombrero me lo sacaría y lo llevaría en la mano hasta la esquina. Me doy cuenta que tengo sombrero, pero decido que ya es tarde para sacármelo. No sé, creo que se podría tomar como un acto un tanto artificial, y no quiero ofender a los sapos. Miro a mi alrededor y desconozco el paisaje, una mezcla entre Viet Nam y el barrio San José. Creo que tomé el camino equivocado. La calle termina en un descampado y, del otro lado, se puede ver un barrio de casas de chapa pintadas de colores inverosímiles, veo fucsias, rojos y algunas chapas amarillo fosforescente. Estoy en el medio del descampado y decido frenar, mirar a mi alrededor, observar las estrellas e intentar orientarme, saber donde estoy. Estoy parado al lado de una gran cantidad de bosta y escucho el balido de una oveja, miro hacia arriba y me pierdo más. Ahora estoy allá arriba, entre las estrellas; miro hacia abajo y me veo a mi mismo lejos, muy lejos, y me saludo con la mano, pero no me veo, no me reconozco, estoy cortando la luna con mi silueta, y ahora me veo de abajo, veo la luna blanca y mi silueta superpuesta y ya estoy de nuevo en la plaza y ahora camino en la dirección correcta. Me doy cuenta por que no hay ninguna asamblea de sapos y se escucha el ladrido de todos lo putos perros de la cuadra. Ladran, aúllan, gruñen, molestan. Una gata alzada imita a un bebé siento asesinado con un cutter oxidado, la luz de la esquina se enciende y se apaga y está llena de cotorritas muertas; desde abajo, pareciera que está llena de semillas de girasol. Miles de bichitos secos, que abandonaron su verdor y lo trocaron por una sequedad gris ceniza. Nada puedo hacer por ellas, man, si pudiese las salvaría. A todas y cada una de ellas, a todas. Y sigo caminando y dudo en qué esquina doblar, pero doblo y estoy seguro de que estoy perdido y equivocado, pero escucho una voz, la voz de la quiosquera, que me dice buenas noches y me sonríe y yo le devuelvo la sonrisa y ya estoy seguro de que tomé el camino correcto y llego a la puerta y busco la llave. Abro, entro, y me siento a escribir esto que, creo yo, puede llegar a salvarme de San José Viet Nam, de la asamblea de sapos y de la culpa por no poder salvar a todas las cotorritas. Pero los renglones no se quedan quietos y la birome escribe en rojo cuando tendría que hacerlo en negro y mis manos tiemblan. Intento que los renglones se queden quietos, y aprieto la birome y rompo el cuaderno y ahí me doy cuenta que puedo usar el grabador, pero no sé dónde está el grabador, así que voy a la máquina y pongo la hoja en blanco y no pasa nada. No se me ocurre cómo comenzar a contar lo que quiero contar, y nada me convence... intento, intento, intento, y nada... estoy apagado, me siento vacío, triste, veo mis manos aceleradas tipeando pero no sé qué es lo que escriben y no escucho el sonido de las teclas. Estoy congelado, inmóvil, y sólo escucho el bzz bzz del mosquito en la oreja.