lunes, 27 de julio de 2009

Nadie quiere verme muerto

En el mismo instante en el que la última estela de humo que salía de mi Camel recién apagado se estrellaba con el techo de la cocina, en el mismo instante en que Morrisey terminaba de decirle a William que eso verdaderamente no fue nada, El Lobo dijo:
- Cada vez que escucho a The Smiths, me dan ganas de poner Hermética..., no es que no me guste..., es que después de un par de temas me cansa... es como que es demasiado nenita, es demasiado dulce, demasiado cancioncita... y ahí nomás pongo Víctimas del vaciamiento y a la mierda...
- Metal pesado - Digo poniendo cara de malo y moviendo la cabeza afirmativamente.
- Y después me canso del boludo este de Iorio y pongo... no sé, Strummer y los Mescaleros o Sumo... o los Beatles, o Massacre... pero Massacre lo viejo... Juguetes para olvidar, Aerial... uno de esos... el tema cinco de Juguetes para olvidar es un flash, es lo máximo... El taxidermista... un flash ese tema...
- Yo - le comento mientras enciendo otro cigarrillo- cuelgo con Sandinista... escucho los dos discos enteros...
Por alguna extraña razón, después de esto, nos quedamos callados y casi inmóviles mirando hacia abajo. El porro, el whisky y el tabaco hacían efecto en nuestros enormes y económicos cerebros de simios último modelo. Destellos de ideas brillantes, horribles pesadillas, paranoias y risas rociadas con el fermento destilado de un impreciso rejunte cereales. Todo eso estaba en nuestra sangre. Se movía vertiginosamente como un mercurio rojo por cada milímetro de nuestro ser, deshaciéndonos y salvándonos al mismo tiempo. Demoliendo nuestros cuerpos, pero salvando nuestras humildes almas del triste espectáculo de la existencia. El feroz circo humano, la puesta en escena de las miserias del pensamiento occidental y post moderno que asusta y aburre en partes iguales. Julio 2009: el presidente yanqui es negro, golpe de estado en Honduras, Estudiantes ganó una copa que tiene el nombre de una marca de autos japonesa, el porro todavía es ilegal, Jhonny Allon sigue haciendo eso que hace en radio y televisión, Sábato sigue vivo (sigue vivo?), Sandro sigue vivo, Gimena Goñi sigue viva, Runa sigue viva, El lobo sigue vivo, y lo más importante de todo, lo más excitante de todo esto y lo único relevante (porque de otra manera todo lo enumerado anteriormente no existiría) es que yo sigo vivo. Respiro, fumo, escupo, camino, veo, escucho. Y siempre será así, porque no hay registro de lo previo, ni de lo posterior, por lo tanto la existencia debe ser eterna.
Claudia la torta consiguió un chumbo. Y no mató a Luis, no rescató a Samantha y, definitivamente, no me buscó a mí para ponerme una bala en la frente. Parece que lo mío fue que un poco de paranoia y nada más. Lo que hizo, fue otra cosa: se encerró en su pieza, se tomó una bolsa de merca, posó por primera vez en su existencia un objeto fálico en la podredumbre de su boca y se voló la cabeza. Adiós; Claudia desaparece. He recuperado una pequeña parte de tranquilidad. Si en algún momento la hubo, ya no hay una bala con mi nombre. Con la vida de Claudia Carmona se extinguió, también, una pequeña aunque entretenida parte de la mía que consistía en andar por ahí con la posibilidad que una mina llena de merca y Uvita Fiesta, loca como una cabra y fea como un escuerzo, baje la temperatura de mi cuerpo a cero grados a fuerza de balazos. A veces, la paranoia es muy divertida. Es como un juego de rol, una especie de TEG existencial, en el que uno juega sin amoldarse a ningún tipo de reglamento más que el ritmo de sus terminales nerviosas. Mr. Morrisey canta que cunde el pánico en las calles de Londres y me digo a mí mismo que está equivocado. Ni en Londres, ni en Gonzales Catán, ni en San Martín, ni en San Justo ni en Bera. Ni siquiera en Ezpeleta, ni en La Cañada. El pánico cunde en mi cabeza. Me siento huérfano, me siento un ser microscópico. Nadie me quiere ver muerto y eso, evidentemente, hace estragos en mi espíritu. Me sirvo otro whisky, enciendo otro porro, y escucho la voz del Lobo:
- Qué misterio lo del agua, no?
- Qué agua?
- El agua... así en general... digo: que en algún momento se va a terminar y no se puede fabricar más... hicieron cohetes, llegaron a la luna, un montón de cosas enormes y no pueden con el agua, que es un pelotudéz...
- Querés que te cague la vida? – Le pregunto mirándolo a los ojos y tomo su silencio como un sí rotundo – el agua sí se puede fabricar, pero es muy caro. La fusión, o como se diga, no sé si se aplica el termino, para que los dos elementos se unan, se da a una temperatura elevadísima que sólo se puede reproducir de una determinada manera y que sale mucha guita... – El Lobo me pasa el porro y pone cara de interesado mientras retiene el humo en los pulmones – No sé... es un flash... imaginate que toda el agua del mundo fue creada de una vez y para siempre... en el sentido de que fue un instante o miles de años, entendés?, en un momento determinado hubo agua donde no la había... andá a saber cómo fue, pero en este momento ya no están dadas las condiciones... Voy a decir una forrada, lo sé, pero escuchá: la fórmula que conocemos del agua fue descubierta por algún boludo en algún momento, pero con los elementos de la época determinada en que se puso a investigar y, por lo tanto, su cerebro estaba ya acostumbrado a cuestiones mensurables dentro de su ciencia y su contexto histórico. Ponele que era químico, pero este químico, no estuvo en el momento en el que se creó el agua, observando y tomando notas de lo que sucedía... me cachás, cachorro, o me enrosqué demasiado? – El Lobo me hace señas de que continúe – A ver... yo digo: qué animales habitaban la tierra en el momento que se creó el agua? Yo no tengo la más puta idea, pero ponele que toda el agua, ese inmenso coso de H2O, tenga algo que ver con la vida de ese tiempo... no sé... qué caga un protozoo? Por ahí, como una posibilidad, nomás, quién te dice que en esa fórmula química falte algo que tenga que ver con eso, pero el señor que dijo que agua es igual a H2O, no tenga en cuenta que los pedos de los protozoos tengan un componente químico X que al ponerse en contacto con dos partes de hidrógeno y una de oxígeno generen lo que nosotros llamamos agua... o que los sedimentos de la erupción de un determinado volcán que estaba en un determinado lugar justo generó la temperatura necesaria para que todo el hidrógeno y el oxígeno que andaba dando vueltas se convierta en agua, justo porque ese día había viento norte y el calor se desplegó de una extraña y perfecta manera que dio por resultado todos los putos océanos del mundo... O sea, Mr. H2O no tuvo en cuenta la variable de lo irreproducible, porque él estaba buscando reproducir algo... en este caso: agua, pero cómo puede el pobre tipito tener en cuenta todas las variables?... son infinitas... dentro de su cabecita lo de H2O funcionaba y punto... no le hecho ninguna culpa, no le cuestiono nada, pero me gusta tirarle piedras a lo absoluto... y, si bien, como te dije, esto puede ser un forrada absoluta, por ahí también tiene algo de razón... las casualidades existen... en lo micro, como cuando alguien atiende el teléfono antes de que suene, como en lo macro... no sé, la creación del universo puede haber sido una casualidad...
- Todo puede ser una casualidad...
- No, todo no... Claudia se puso el chumbo en la boca y apretó el gatillo. Un disparo desde corta distancia (milímetros) que le destrozó el cráneo esparciendo pequeños pedacitos de cerebro por toda la habitación... es una casualidad que muera? – El Lobo posa sus ojos en mí; no me mira, me observa. Parece confundido, cierra los ojos y sacude la cabeza. Enciende un Parliament y se levanta para cambiar la música. No me contesta. El viejo Lobo sigue vivo, Mr. Vértigo sigue vivo, nuestro hermano sigue vivo. Creo que todos siguen vivos. Solo falta Claudia en este oscuro, riesgoso y deslumbrante juego. Claudia dijo basta. Ahora se dedica a engordar gusanos.